Siendo fiel a lo que pienso, después de haberlo estudiado con detenimiento, desde el año 2002, las Diócesis de EE.UU. han hecho grandes esfuerzos para acabar con el grave problema del abuso de menores por parte de eclesiásticos.

Sí, efectivamente he leído con detenimiento la política y la práctica que llevan sobre este particular algunas de sus diócesis, concretamente las que recientemente (19 diciembre 2018) han sido atacadas de forma malévola y mendaz por un falso informe de la Sra. Madigan, Fiscal General del estado de Illinois (del partido demócrata) y creo que, desde el 2002 en que la Conferencia de los obispos publicó la Carta para la Protección de Niños y Jóvenes, la lucha que llevan esas diócesis para erradicar de ellas el abuso infantil es muy esforzada, necesitada de alabanza y de aliento para que prosiga en su mejora. Veámoslo a través de la siguiente declaración de la página web de una de estas diócesis:

La Iglesia Católica ha hecho más para proteger a los niños que casi cualquier otra organización en Estados Unidos. Considérese:

La formación para crear un Ambiente Seguro infantil se lleva a cabo en 193 diócesis / eparquías del país. Casi 2 millones de adultos han sido capacitados para reconocer el comportamiento de los abusadores y qué hacer en tal caso.
Se realizan verificaciones de antecedentes del personal de la Iglesia que tiene contacto con niños. Se han evaluado así los antecedentes de más de 2 millones de voluntarios y empleados, de 52.000 clérigos y de 6.205 candidatos a la ordenación.
Todas las diócesis / eparquías tienen códigos de conducta que explican cuál es el comportamiento aceptable. Esto sirve para que las personas sepan qué se puede y no se puede hacer, así como para que otros puedan saber qué comportamiento se puede esperar. Se fomenta la denuncia de conductas sospechosas.
Todas las diócesis / eparquías tienen coordinadores de asistencia a las víctimas, asegurando a las víctimas que serán escuchadas. En 2009, se gastaron 6.536.109 de dólares en terapia para las víctimas del abuso secual del clero.
Todas las diócesis / eparquías tienen Coordinadores de Ambiente Seguro que aseguran el cumplimiento continuo de la Carta para la Protección de Niños y Jóvenes [de la Conferencia de los Obispos de EE.UU.]
Los obispos se reúnen con las víctimas.
Las diócesis / eparquías tienen Misas de Curación, retiros para víctimas / damnificados y otros eventos de reconciliación.
Hay una política de tolerancia cero para los abusadores desde 2002. Si se hace una acusación creíble contra un clérigo, son removidos permanentemente del ministerio sin importar cuánto tiempo ha pasado desde que la ofensa se produjo.
Las diócesis / eparquías requieren una investigación de antecedentes intensiva, así como pruebas psicológicas para aquellos que deseen ingresar al seminario.

La Iglesia Católica ha trabajado duro para proteger a los niños. Mucho se ha hecho pero se necesita hacer más. Hasta que el abuso sexual infantil ya no sea parte de la sociedad, la Iglesia continuará sus esfuerzos para detenerlo.

(Original en inglés traducido al español de la página de la Diócesis de Springfield [Illinois])

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