Reinosa
Monumento Nacional
B.O.E. 27-5-1983
El edificio religioso más importante de Reinosa es la iglesia parroquial de San Sebastián declarada Bien de Interés Cultural en el año 1983. Es una construcción barroca de grandes proporciones que consta de tres naves cubiertas con bóvedas de tradición gótica, capillas adosadas en el lado norte, torre a los pies y cabecera recta cupulada. Se levantó casi por completo en la segunda mitad del siglo XVIII (se terminó en el año 1774), sobre un templo anterior de una sola nave de mediados del siglo XVI, cuya fábrica se puede adivinar embutida en los pilares de la nave central. En el exterior, el esplendor decorativo barroco se concentra en la portada, la torre y el cimborrio de la cabecera. La portada es monumental y majestuosa con rica decoración en el frontis a la altura del frontón curvo y partido que remata en flameros, pirámides y espirales que culminan con la escultura de San Sebastián. La torre alcanza gran altura, especialmente en el cuerpo superior, profusamente decorado con pilastras, balaustres, gruesos pináculos de pirámide y chapitel cónico a modo de remate. La decoración de la cabecera es menor, destacando la balaustrada sobre el alero en cuyos vértices se colocaron toscas esculturas representando a los evangelistas.
El barroquismo de la parroquia se torna deslumbrante en los retablos que encontramos en el interior. El mayor es una excelente obra churrigueresca con buenas columnas salomónicas y ofuscante decoración de estípites, tarjetas, pámpanos y retranqueos del entablamento, todo ello ricamente dorado. De buena calidad es la imaginería, especialmente la de San Pedro, San Pablo, la Inmaculada y San Sebastián. El retablo está totalmente inspirado en el mayor de la iglesia de Santa María de La Hoz de Abiada e, incluso, pudo ser realizado por las mismas manos: los maestros de Cudeyo Juan del Mazo, Santiago Valdecilla y su hijo. La nave del evangelio y de la epístola rematan en sendos retablos también del XVIII, de exquisita factura técnica e imágenes de valor. Lo mismo ocurre en los dos colaterales del lado del evangelio, de la Virgen de los Dolores el primero y de la Virgen del Carmen el segundo, en la misma línea estética y cronológica, completando un valioso conjunto que se encuentra entre lo mejor de la retablística barroca de Cantabria.
Otros objetos artísticos pueden ser admirados en el interior (lienzo de San Andrés del siglo XVII de la escuela de Ribera, la custodia de plata, o las lámparas que cuelgan en la nave central) y en el pequeño Museo Parroquial que se ha habilitado hace pocos años en las dependencias anexas a la sacristía.
Es uno de los mejores ejemplos de arquitectura barroca en Cantabria. Situada en el centro viejo de la ciudad, es un edificio fundamentalmente construido entre 1754 y 1774 ( momento en que se añade la torre, portada y cúpula ), aunque levantada sobre otra de los siglos XVI-XVII, cuyos restos aún existen y en donde trabajó el cantero Pedro de la Peña.
La iglesia consta de tres naves con bóveda de nervios complicados y cúpula central con pinturas no muy valiosas. La portada es interesante, bajo arco y con volutas en lo alto. En el interior retablos barrocos destacados con imaginería de la época. También hay esculturas modernas de Victor de los Ríos.