La copla lo canta bien claro y con todo detalle:
«Sobre las olas del mar
viniste en frágil barquilla
para ser de aquesta villa
patrona excelsa sin par».

Otra canción completa la información navegante de tan extraordinario acontecimiento de esta manera:

«Llegó de los mares
en su embarcación
sin remos, sin velas
guiada por Dios».

Nos tenemos que remontar a los primeros y aciagos años de la invasión y dominación sarracenas. Y fue entonces, un martes de Pascua, cuando los vecinos del pueblo montañés de San Vicente de la Barquera, vieron como hacia su ría se dirigía una misteriosa embarcación. Al parecer sin piloto, sin timón, sin remos, ni velas y sin tripulantes, envuelta en clarísimos resplandores y guiada por la imagen de la Virgen. Huelga decir que los vecinos quedaron atónitos, ignorando que era lo que pretendía el cielo con semejante prodigio. Todos se dirigieron en procesión desde la iglesia parroquial a la espera de que la barca arribara a la orilla. Cuando esta llegó, la procesión se puso de nuevo en camino en dirección a la parroquia, y en la capilla de San Vicente depositaron la imagen. Se preocuparon también de erigirle una ermita también donde había arribado la Virgen, escogiendo para altar la roca sobre la que había parado la barca. En las bóvedas del santuario, y para perpetuar la memoria de tan deslumbrante prodigio, suspendieron la barquilla misteriosa en la que la Virgen había efectuado su travesía milagrosa.

A la Virgen le tienen mucha devoción tanto las personas de tierra como las del mar. Los marineros son los visitantes más asiduos y desde el mismo mar se encomiendan a Ella, al divisar su santuario en sus barcas. Cuando se usaban los remos, los detenían y rezaban.

El día de la Folía- «locura» en su etimología- se desborda el entusiasmo y la emoción ante el recuerdo de conmemorarse en tal fiesta la aparición y venida de la Virgen de la Barquera. Se celebra siempre el Martes de Pascua Florida. La fiesta esta definida como una auténtica «locura» de fervor, de amor y delirio en acción de gracias por haber merecido el pueblo haber sido objeto de la especial atención de la Virgen. Se canta a María con los típicos «picayos». El día de la Barquera es también día grande y festivo. Es el día de la Virgen, la fiesta de la Villa, de la Virgen «Pejina» o de la Virgen de todos los pejines. La celebración tiene lugar en los alrededores de su santuario. Las fiestas duran tres días – 7, 8 y 9 de septiembre- y el último se denomina «Fiesta del Mozuco».

La vida de San Vicente es en gran proporción muy «barquereña», por que la devoción a la Virgen inspira muchos aconteceres personales, familiares y sociales. En la entrada del puerto le ha sido erigido un monumento y su imagen es familiarmente conocida como «La Barquerina».

Así cantan todos el «Ave María a la Virgen de la Barquera»:

«La Virgen María
La Madre de Dios,
fijó en la Barquera,
su trono de Amor.
Aquí en la Barquera,
se quiso quedar
y ser de nosotros
Madre celestial.
Con grande sorpresa
la villa la vio
entrar en la ría
Por Peña Mayor.
Marea subía,
Marea bajaba,
la Virgen quedaba
fija en el lugar.
¡Salve, gran Señora
el pueblo cantó,
y allí edificaba
para Ella mansión».

Véa videos de la Fiesta de La Folía en honor a la Virgen de la Barquera