EL HOMENAJE A LOS MÁRTIRES.-

El mayor de ellos tuvo lugar en el Alfonso Pérez el 27/12/39, dede donde se trasladaron los restos de Ciriego a un panteón al efecto en la Iglesia del Cristo. En el archivo parroquial hay un Acta de la ceremonia y junto a ella un plano y lista de los 154 caídos. Unos años después fueron extraídos dos féretros como medida previa a incoar procesos de beatificación. Solo están identificados 135.

Se levanta el Monumento del Faro con la Leyenda: "A la memoria de los montañeses que durante la guerra acaudillada por Franco, cayeron heroicamente víctimas de los sin Dios, sin Patria y sin Leyes". Otros lugares emblemáticos de culto a los Caídos fueron Jesús del Monte, dársena de Maliaño o el cuadro, donde estuvo amarrado el "Alfonso Pérez", y además se produce la colocación de lápidas con relación de los Caídos en las Iglesias, coincidiendo estos eventos con actos de afirmación falangista y referencias a la Cruzada.

El providencialismo del Obispo aparece en su primer documento episcopal, La providencia de Dios en la Guerra de España: "Si Dios respetando la libertad humana no impide el mal que el hombre abusivamente comete, es porque con su infinita sabiduría prevé que de la permisón del mal han de venir mayores y excelentes bienes".

LA MORALIDAD DESPUÉS DE LA GUERRA CIVIL.- Conclusiones de la Asamblea Diocesana de Acción Católica del año 1940. "No permitir la entrada en los hogares cristianos de tanta revista de deportes y de noticias, plagadas en general de grabados altamente nocivos para los jóvenes y niños. Rechazan toda lectura que clandestinamente intente facilitarles, con el pretexto que emplean agentes del enemigo, de la necesidad de conocer determinadas materias. Denunciar toda publicación irreligiosa o inmoral que se vean en librerías y kioscos".

La moralidad pública incluso en faltas meramente religiosas (blasfemias, indumentaria, espectáculos obscenos, carnavales, profanación de domingos y festivos de precepto, en resumen, todo lo prohibido por la autoridad eclesiástica era también perseguido y castigado por la autoridad gubernativa (multas, etc..)