iglesia S Román de Moroso
Arenas de Iguña - BIEN DE INTERÉS CULTURAL
(Gaceta 4-6-1931)

iglesia S Román de Moroso

Situado en una umbría vaguada al norte de Bostronizo, en el valle de Iguña. El ábside rectangular se cubre con bóveda de cañón y la nave, notablemente alta, lleva armadura de madera. Este espacio lóbrego y misterioso apenas es iluminado por dos estrechas saeteras. Para su diseño se utilzó como medida modular la vara castellana, y así tenemos 15 varas de longitud y una anchura de 5 varas en el ábside y 7 en la nave.Es posible que fuese fundado a principios del siglo X como fruto de las sucesivas oleadas de mozárabes que emigraban de al-Andalus, tras las persecuciones desatadas por Mohamed II y Abderramán III. Sin embargo, el primer documento que constata la existencia de este cenobio data de 1119. Se trata de una escritura por la que la reina Urraca -quizá haga referencia a la esposa de Alfonso VI- dona este monasterio de San Román de Moroso al monasterio burgalés de Santo Domingo de Silos.

El interior consta de dos espacios: el presbiterio y la nave.

Como toda iglesia mozárabe, es posible que dispusiera de una cancela de separación entre ambos espacios. El arco triunfal de herradura ha sido reconstruido en una reciente restauración. Sus cimacios escalonados son los originales; pero, sin embargo, se han perdido las columnas que los sustentaban.

El edificio es una sólida construcción de piedra de sillería, con piezas bien labradas y unidas casi siempre a hueso; es decir, sin apenas argamasa. Los sillares angulares son más grandes y en ocasiones se cortan irregularmente para encajar mejor con sus colaterales. Las hiladas se sitúan de forma regular, con la disposición de los sillares "a soga y tizón"; es decir, alternando un sillar en sentido longitudinal y otro en sentido transversal, que sirven de clave para trabajar con el muro interior.

iglesia S Román de Moroso

Como es tradicional, el ábside se orienta al este; pero la puerta de ingreso se abre hacia el norte, localización excepcional determinada por la morfología del terreno y por el hecho de que las restantes edificaciones estuvieran ubicadas en esta zona y hacia el este, que es el lugar más llano. Esta puerta ha sido restaurada, por lo que el aspecto que representa en la actualidad no debe de ser el original, que poseía columnas con capiteles. La escasa decoración del templo se concentra en la ventana frontal del ábside, enmarcada por una cruz patada, y en los modillones de lóbulos que sostienen el alero del tejado. Estos muestran decoración de flores de cuatro y seis pétalos y esvásticas; motivos de tradición celta y de culturas prerromanas, aunque cristianizados.

Hace cien años, Amós de Escalante describía así la puerta: "Con arco de herradura puesto sobre dos columnas de fustes cortos y capiteles de labor estalactita de bovedillas, con imposta de losetas en resalto del capitel al arco". Uno de estos capiteles puede ser contemplado en un caserío próximo.En la ventana de vano estrecho en forma de ojo de cerradura, hendida en un bloque monolítico, se encuentra enmarcada una cruz patada - de brazos rectos más anchos en los extremos que en el centro-, característica de la época visigoda y también empleada en el arte asturiano.En los modillones de lóbulos aparecen diversos motivos geométricos (culturas orientales) de origen ancestral, cuyo carácter pagano fue cristianizado por los visigodos, de cuya tradición lo reciben los mozárabes.

Se trata de motivos vegetales, al igual que las flores de cuatro y seis pétalos (simplificados en el Crismón, monograma de Cristo), de ocho pétalos (símbolo celestial que representa las praderas celestiales y las estrellas), y otros motivos geométricos, como los círculos (representación de las esferas celestes, según la concepción antigua) o esvásticas sencillas o complejas, de más o menos radio (símbolos solares, relacionados con Cristo como Luz).

Adviértase que siempre que aparece una esvástica (motivo ya utilizado por los mesopotámicos para representar al sol), junto a ella se coloca una estrella o una flor de cuatro o seis pétalos (símbolos del cielo y Cristo).

Toda esta simbología pretende expresar el sentido religioso y trascendente del edificio, así como su carácter cristiano, al considerar el templo una transposición del Cielo a la Tierra, concreción de la imagen de la Jerusalén celestial del Apocalipsis.

Un capitel, localizado recientemente, muestra una estructura peculiar. Su forma es casi cilíndrica, y por encima del collarino aparece un nuevo anillo sobre el que discurre ya la decoración de palmetas enmarcadas en arcos de herradura invertidos; sin duda estilizaciones de tallos o caulículos, cuyos referentes habría que buscar en San Juan de Baños y en alguna decoración de San Miguel de Lillo.