Cabezón de Liébana
Monumento Nacional
Gaceta: 8/07/1930
Declarado Bien de Interés Cultural
1982
INTRODUCCIÓN
Una de las mayores joyas arquitectónicas que podemos contemplar en la comarca lebaniega, se encuentra en el pueblo de Piasca. Alrededor del monasterio e iglesia de Santa María, giró gran parte de la historia del valle. La iglesia es monumento nacional desde el año 1930.
Esta iglesia es uno de los mejores y más bellos ejemplos del románico de la región. Está situada, como otros muchos monasterios e iglesias de esta época, dominando un valle. Con el posible ánimo de engrandecer la humilde fábrica de la primitiva iglesia, se construye la que ahora podemos contemplar. De la primitiva fábrica sólo se conservan las portadas, la zona baja de los ábsides y la mayor parte de la escultura, de gran calidad, relacionada estilísticamente con los focos de Carrión de los Condes, Aguilar de Campoo y Silos. El resto del edificio fue transformado en época gótica.
Las campañas de excavaciones arqueológicas realizadas a partir del año 2001 permiten una mayor aproximación al viejo monasterio, que fue fundado en el siglo IX y alrededor del cual giró mucha de la historia del valle. De este modo se ha constatado la existencia de un edificio primitivo, rectangular, sensiblemente perpendicular a la fachada meridional del templo actual, cuya datación cronológica se aproxima al inicio del monasterio, quizás en el siglo X. Los elementos arquitectónicos que han sacado a la luz las últimas investigaciones supone poner al descubierto, por primera vez, la estructura original y completa de un monasterio medieval. Constaba de dos alturas, con cubierta a dos aguas y espacios compartidos en su interior que corresponderían al vestíbulo, cilla (almacén o bodega), cocina y refectorio. En el piso superior estaría ubicado el dormitorio y el scriptorium. Por otra parte, en el interior del patio claustral se ha descubierto un campo completo de tumbas de lajas al nivel de estos muros.
HISTORIA:
Su construcción finalizó a mediados del siglo XII sobre un antiguo monasterio que está documentado que operaba en el año 930, aunque es probable su anterior instauración en los siglos VIII o IX, coincidiendo con el inicio de la repoblación de la zona. Fue el monasterio más importante de Liébana después del de Santo Toribio.
Piasca fue un importante monasterio del que se ha conservado su Cartulario, de gran interés histórico. A través del mismo, se conoce la existencia de este monasterio al menos desde el año 930. En esa fecha Teoda Aragonti entregan a la villa de Piasca "ubi ipsa bassilica fundata est". Su auge comienza en el año 941, cuando un grupo de 36 religiosas bajo la dirección de la abadesa Aylo, y por medio de la regla de San Fructuoso, realizan un pacto monástico, estableciéndose con otros monjes en una comunidad dúplice. La época de mayor esplendor del monasterio fueron los siglos X y XI, con un importante dominio sobre los valles de Cabezón y Valdeprado. A partir de mediados de la décima centuria, su poder y dominio se va ampliando rápidamente. Anexiones de iglesias, donaciones, rentas, etc., hacen de Santa Mª de Piasca a comienzos del siglo XI, uno de los monasterios más poderosos de la región. En el año 1078, doña Urraca, que era la abadesa, pasa al convento de San Pedro de San Pedro de Dueñas, perdiéndose la duplicidad y dependiendo desde entonces Piasca del Monasterio de San Benito de Sahagún, en forma de priorato. En 1172 siendo prior Pedro Albus, se levanta la iglesia románica que hoy se conserva.
Los siglos XI y XII fueron los más importantes para la vida el monasterio; será durante el siglo XII cuando recibirá importantes donaciones de monasterios que se incorporan a Piasca: San Salvador de Buyezo, San Martín de Tornes y Santa Cecilia de Ubriezo, incorporándose en 1209 San Martín de Aniezo. El siglo XIV marca el comienzo del declive del monasterio, descendiendo notablemente las donaciones . En los siglos XVII y XVIII vivían una docena de monjes y en 1835, con la Desamortización, pasó a ser una parroquia.
CARACTERÍSTICAS:
Se trata de una iglesia románica ya en fase de transición, de buen tamaño, con tres naves rectangulares, la mayor más ancha y alta, con bóveda de medio cañón y las laterales con bóveda de arista. También consta de tres ábsides (también el central mayor y más alto) y cuatro tramos, con crucero con cimborrio no destacado en planta. Los ábsides son poligonales (ha desaparecido la fábrica inicial del izquierdo), cubiertos con bóvedas de nervios ya francamente góticas. Esta curiosa tipología poligonal de los ábsides, según parece, responde a un cambio de planteamiento en el proyecto original. De esta forma, a la par que se reformaban los ábsides, se colocaba un cuerpo superior en el central para un mayor desarrollo decorativo, que será el capítulo protagonista en este templo. Es de destacar la gran altura del ábside central, estructurado en dos cuerpos mediante una moldura transversal. La parte baja es ocupada por una arquería ciega, de arcos lobulados cobijados por otros apuntados, ambos de época posterior, en la que podremos observar magníficos capiteles tallados.
En el interior de la iglesia es donde prevalece el estilo gótico. Lo más interesante del interior de la iglesia es la arquería del ábside central, con algunos capiteles historiados, destacando el que representa a la adoración de los Reyes Magos, que se encuentra en el centro de la arquería izquierda, sobre dos fustes. En el presbiterio, se puede contemplar una maravillosa talla, representando a La Piedad.
Lo más valioso es, evidentemente, lo que se conserva de su fábrica románica: la puerta principal del oeste, la pequeña del sur (que servía de paso al claustro), los ábsides, tanto exterior como interiormente, y la colección de canecillos que sujetan las cornisas. En época gótica se levantaron los muros hasta alcanzar la altura actual, aprovechando los canecillos y metopas de la iglesia románica; se construyó la fachada principal, con la triple hornacina, para lo que se aprovecharon las molduras románicas y el remate en espadaña, así como la cubrición del presbiterio y crucero con bóvedas de crucería gótica.
En resumen,las esculturas están consideradas como las obras cumbres del arte románico en Cantabria. Sin duda estamos ante uno de los maestros tallistas más notables del románico montañés. Más adelante se darán datos al respecto.
Por último, también es destacable la famosa cruz protogótica, del siglo XIII, realizada en cobre dorado al fuego y esmaltes con la técnica de Limoges (Francia); actualmente se guarda en el Museo Diocesano Regina Coelli de Santillana del Mar, aunque cada año se traslada a Piasca para los oficios de Semana Santa. En el reverso se puede contemplar a Cristo con túnica y corona real.
PROPIEDAD Y VISITAS
Obispado de Santander. Se puede visitar solicitando la llave en la casa de al lado. Visitas guiadas: Julio y Agosto (todos los días), Abril (Semana Santa), Junio y Septiembre (fines de semana) y Diciembre (puente de la Inmaculada y Navidades); Horario: 10:00 a 13:30 y 16:00 a 19:30. Lunes cerrado (así como durante la celebración de los oficios religiosos). Se expende una entrada conjunta con Santa María de Lebeña, que permite visitar ambos monumentos, al precio de 2 €. Teléfono de información: 942 84 03 17 (Museo Diocesano).
BIBLIOGRAFÍA
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http://www.claustro.com/Portadas/Webpages/Catalogo_portadas.htm?
http://www.claustro.com/Portadas/Webpages/Cantabria/PortadasFicha_PiascaO.htm
LOCALIZACION Y ACCESOS
Para llegar a Piasca debemos tomar la carretera que une Santander con Oviedo, nacional 634. Nos desviaremos en Unquera dirección a Potes, y una vez que hayamos pasado el desfiladero de La Hermida, poco antes de Potes, encontraremos el pueblo de Ojedo, en donde tomaremos la desviación a mano izquierda que nos conduce a Frama y a Cabezón de Liébana (carretera en dirección al Puerto de Piedrasluengas y de Cervera de Pisuerga (Palencia). Pasado Cabezón de Liébana, encontramos una desviación a mano derecha que nos conduce tras una subida de unos 2 km. hasta la iglesia de Santa María de Piasca.