Sigo con el comentario del larguísimo artículo de France Catholique (en adelante F.C.) sobre las manifestaciones papales ante el asesinato de un sacerdote en Francia por un terrorista islámico. F.C. recuerda las contestaciones ya dada por el papa a las siguientes preguntas de un periodista: ¿Por qué cuando usted habla de estos eventos violentos habla siempre de terroristas pero nunca de Islam, nunca utiliza la palabra Islam? ¿Qué iniciativa concreta puede proponer o sugerir para contrarrestar la violencia islámica?(1)
La contestación papal fue: “no es justo identificar al Islam con la violencia. No es justo ni es verdad. He tenido un diálogo largo con el gran imán de la universidad Al Azhar. Sé cómo piensan ellos, buscan la paz, el encuentro”.
En realidad, salvo que consideremos que el papa se ha querido arrogar la facultad divina de conocer los pensamientos de los hombres, las palabras del papa se han de interpretar como un “creer saber lo que piensan los musulmanes”. El Papa en base a lo que le ha expresado el mencionado imán (no único, puesto que no existe en el Islam una única y suprema autoridad), ha creído de buena fe lo que éste le ha contado.
No hemos de olvidar que este mismo imán, Ahmed Al Tayeb, en 2011 presidiendo ya la Universidad de Al Azhar hizo que este centro de pensamiento islámico suspendiera sus relaciones con la Santa Sede por las declaraciones del papa Benedicto XVI sobre la necesidad de proteger a los cristianos en Egipto y Oriente Medio, pronunciadas después del ataque a la catedral copta en Alejandría. ¿Cómo ha podido cambiar tanto este hombre, ahora preocupado por el terrorismo contra un sacerdote cristiano en Francia, cuando hace sólo cinco años se ofendía con el papa porque defendía a los cristianos coptos atacados en la catedral de Alejandría? ¿No será que tal cambio es simulado y realmente no existe? ¿No será que a este imán le siguen importando un bledo los cristianos, sean estos coptos o católicos? ¿No será que su protesta actual contra el terrorismo islámico se hace porque ahora el atentado se produce en Francia, donde hay una proporción muy grande de población musulmana que hay que defender de una reacción de la población mayoritaria no musulmana y se trata de un mero cambio estratégico? ¿Será por eso que clama ahora contra el terrorismo islamista y dice que no tiene que ver nada con el Islam?. La sura coránica 9:5,. “...lucha y asesina a los paganos, allí donde los encuentres captúralos, rodéalos, miente y espéralos con cualquier estratagema;...” establece que la mentira es un medio más de combatir contra los infieles. ¿No será este el caso?
Por otro lado, no se ha de olvidar que en esos cinco años han mediado las llamadas “primaveras árabes” y que este personaje siempre muy gubernamental defiende hoy los intereses del Gobierno egipcio de Al Sisi, que en 2013 derrocó del poder a los Hermanos Musulmanes, movimiento fundamentalista islámico que había llegó revolucionariamente al poder con métodos violentos, y que este mismo gobierno hoy día sigue luchando contra grupos de terrorismo yihadistas hechos fuertes en la península del Sinaí ¿No le interesará también por eso hoy pedir el combate contra los movimientos musulmanes violentos? Dejo esto para la meditación de cada uno.
El artículo de F.C. nos cuenta que el Papa citó otros dos ejemplos que le hacen creer en voluntad de paz del Islam: «El nuncio de un país africano me decía que en la capital donde está, hay siempre una fila de personas -siempre larga- en la Puerta santa para el Jubileo y algunos vienen a los confesionarios, otros rezan en los bancos. Pero la mayoría avanza hacia el altar de la Virgen María para rezar. Son musulmanes que quieren hacer el Jubileo: son hermanos.»
Me gustaría conocer datos concretos del país africano del que se habla, pues el islamismo no tiene igual peso en todos los países africanos. De todos modos, acabo de leer en Mundo cristiano como hay un gran aumento de conversiones de musulmanes al cristianismo en África. Allí, donde el gobierno, deja algo de libertad religiosa, puede ser hasta normal que musulmanes en trance de conversión o en tránsito se inicien en prácticas cristianas. Quizás en las palabras del nuncio haya algo de esto teñido de un cierto espejismo ecuménico. Los musulmanes fieles al Islam pueden tener algún respeto y veneración por el profeta Ysa (Jesús) o por María su madre, pero nada parecido a los católicos que consideran a aquel como Persona divina y a María, como Madre de Dios. La confidencia del nuncio sólo puede ser explicable desde el tránsito las personas de una fe a otra. Desde luego pensar que los musulmanes que asisten a festejos de apertura de la Puerta Santa tengan clara idea de lo que es el Jubileo y que crean en la indulgencia plenaria que proporciona, me parece muy ingenuo. Lo mismo me parece de quien piense que los musulmanes que acuden a los confesionarios es porque creen que los sacerdotes en el confesionario les pueden dar la absolución de sus pecados de parte de Alá.
Y sigue diciendo el artículo que comentamos: El segundo ejemplo del Papa está sacado de su propia experiencia: «Cuando he estado en Centroáfrica, me he acercado a ellos. Y el imán ha subido incluso en el papamovil. Podemos vivir juntos,bien. Pero hay pequeños grupos fundamentalistas. »
Seguramente el papa se refiere a su visita del noviembre de 2015 a la República Centroafricana, donde los cristianos son mayoría (80%) y los musulmanes la siguiente religión (15%). País que está sumido en una guerra desde 2013, en que una coalición de grupos del norte de mayoría musulmana los Seleka protagonizando graves matanzas de cristianos y dieron un golpe de Estado imponiendo un gobierno muy débil que a finales del año no pudo controlar las milicias cristianas antibalakas que iniciaron represalias cruentas no solo contra los Seleka sino contra las comunidades musulmanas, señaladamente en Bangui, donde cometieron horribles asesinatos en el llamado barrio PK5 de la capital. Pues bien, en ese contexto de amenaza para los musulmanes de Bangui, es en el que hay que explicar ese acercamiento del Papa a la mezquita del PK5 y el grato recibimiento de su imán que luego se subiría a su papamóvil. En realidad al Papa no se le recibió con amistad espontánea sino más bien para que intercediese por la mejora de la situación de una población civil musulmana muy masacrada. Al día de hoy, hemos de añadir que las grandes matanzas entre milicias enfrentadas, gracias a las fuerzas de interposición internacionales y el envío de cascos azules de la ONU, han casi desaparecido, aunque sin haberse conseguido todavía hoy la seguridad en el país que se enfrenta a una gran hambruna después de tantos años de guerra.
Y el artículo de F.C. prosigue: Las familias musulmanas que han rehusado la lealtad a Daech son ya para el Papa una buena razón para no identificar Islam y violencia: los musulmanes no violentos han pagado con su vida el rechazo a la lealtad. Adolescentes musulmanes fueron crucificados por Daech en Siria.
¿Pero de qué familias se habla? En qué cabeza cabe que pueda haber padres y jóvenes que nieguen lealtad al Daech, cuando ven que esa negativa puede suponer la liquidación de toda su familia, abuelos, mujer, hermanos e hijos. Veo más lógico, dentro de la poca lógica de una guerra, que los musulmanes rebeldes del Daesh en Siria estén asesinando a otros musulmanes partidarios del bando contendiente gubernamental, o que no hallando a éstos, maten a sus familias como represalia. También les interesa tener aterrorizada a la población para que no les traicione. La razón no es porque unos ancianos, mujeres y niños se nieguen a obedecer al Daesh porque el Islam les obligue a comprometerse por la paz. Sufren simplemente por ser indefensos y servir a su propósitos de amedrentamiento social. Como ejemplo, de asesinatos por motivos ajenos al de la paz, cito la crucifixión de dos menores de edad por no ayunar en Ramadán, denunciado en Junio 2015 por el Observa.torio Sirio de Derechos Humanos.
(1)(Audiencia de prensa en el avión papal de regreso de Polonia después de la celebración de las JMJ)
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