Santillana del Mar
Declarado Bien de Interés Cultural de Cantabria (BIC) y
Monumento Nacional, Gaceta 14-4-1889

Conjunto de la Colegiata

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Es la edificación religiosa más significativa del románico en Cantabria. Su riqueza arquitectónica y su profusión ornamental nos hace ver la importancia, el poder y la riqueza histórica que llegó a alcanzar esta colegiata. A su sombra creció la monumental villa donde se localiza. Toma su nombre de Santa Juliana (de donde viene el nombre de la Villa), por las custodias y veneración de la Santa.

HISTORIA
Los orígenes monacales previos a la constitución de esta colegiata son imprecisos, aunque ya constan referencias históricas del monasterio desde el siglo IX. En su Cartulario ya se documenta que en el siglo X existía un monasterio en el lugar de "Planes", hoy Santillana, que guardaba las reliquias de Santa Juliana, mártir de Bitinia, y que dio el nombre actual de la villa.Condes y reyes de Castilla le favorecen y en 1043 los reyes Fernando I y Sancha le otorgan la primera carta de inmunidad.

Una serie de monasterios próximos llegó a estar bajo su tutela, pero no se puede determinar la fecha en la que dejó de ser monasterio para convertirse en Colegiata. Entre 1112 y 1175 sufre una profunda transformación. A finales del siglo XII se establece con plena organización del cabildo con su prior, capistol, magister, tres canónigos y el abad. Con el exclusivo intervalo de resurgimiento que tuvo en el siglo XVI, por motivo del Concilio de Trento, desde mediados del XIII sufre la Colegiata continuos litigios y crisis hasta XVIII. Desde 1754 pasa a depender del Obispado de Santander, ya que hasta esa fecha dependía del de Burgos; desapareciendo desde esa fecha el cabildo por falta de recursos.

DESCRIPCIÓN GENERAL DEL EDIFICIO

Claustro
Claustro

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La fábrica es del siglo XII, salvo el claustro que se fecha a finales del XII principios del XIII (con bellos capiteles románicos) y bóvedas también de este último siglo. Su organización es típicamente burgalesa, con transepto, cimborrio sobre el crucero, torre cilíndrica aneja y la galería porticada sobre las naves (rehecha en el XVIII). La suplantación en el siglo XIII de la antigua cubierta por bóvedas de crucería motivó desajustes en el edificio, por lo que se añadió como contrarresto una torre prismática a los pies. La planta está dividida en tres naves de cuatro tramos más el transepto no resaltado y cabecera de tres ábsides semicirculares. En la intersección del transepto se levanta un cimborrio o linterna cuadrangular. La capilla del Santísimo es del siglo XVII, la sacristía del XVIII y el claustro románico, de planta cuadrada, completan el conjunto.

EXTERIOR
Plano y alzado de la iglesia recuerdan a Frómista y en general al llamado románico "dinástico" que se desenvuelve en el siglo XI. Este recuerdo se refuerza con la torrecilla cilíndrica, la linterna y los tres ábsides que observamos en el exterior desde la Plaza de las Arenas. El central es el mayor y posee tres ventanales entre parejas de columnas, con arquivoltas de medio punto. La organización de los ábsides refleja la intervención de un maestro de primera fila por la organización de los parámetros de manera única integrando arcos de descarga, ventanales de profundo derrame que rompen el muro, columnas adosadas e impostas de ajedrezado; todo ello manteniendo una proporción homogénea en tres pisos de gran altura. Se remata con un alero decorado con canecillos de cestería, figuración animal, etc., y capiteles fundamentalmente de motivos vegetales. Dando la vuelta hacia la fachada principal actual, sobresale la sacristía, del siglo XVIII, sobre la que se ve el resalte del crucero y sobre el que monta el cimborrio cúbico y pesado con sus huecos cegados. Entre el muro de la fachada y el volumen de la sacristía, se levanta una torrecilla cilíndrica de sillería que recuerda el estilo burgalés. Bordeando la corralada, nos adentramos en el patio entre los "leones de patín", obra del maestro Bartolomé en el siglo XVI. La portada meridional es del siglo XII, acceso principal de carácter monumental pero sencillo, constituido por cinco arquivoltas desnudas de decoración que arrancan de una imposta decorada con bolas, cuadrúpedos afrontados con figuras humanas, etc.. Todo ello soportado por columnas a cada lado (dos de ellas del siglo XIX) con capiteles decorados con temas de animales monstruosos y alguna figura humana. Por encima monta un friso horizontal de figuras humanas que flanquean al Pantócrator enmarcado en una orla almendrada y sujeto por cuatro ángeles de figura completa que lo llevan al vuelo. La portada queda rematada por un frontón triangular de fecha posterior -del siglo XVII o XVIII- en cuyo centro se observa un nicho acogiendo la figura de Santa Juliana, de bulto redondo y realizada en piedra. A la izquierda está la pesada torre rectangular del siglo XIII que contiene la tensión del muro de los pies, en donde estaría la entrada principal. Probablemente también del siglo XVII es la logia colocada sobre el muro meridional.

Interior
Interior

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INTERIOR
Posee tres naves y tres ábsides semicirculares, capiteles iconográficos variados, crucero y linterna exterior, puerta meridional con esculturas y Capilla de Barreda (XVI). Posee también un bellísimo retablo (XV-XVI), apóstoles románicos en el frontal del altar mayor; relieves románicos de la virgen con el Niño y Santa Juliana; sepulcro románico de doña Fronilde y gótico de Santa Juliana. Pila bautismal románica.

Soportes: sobre el basamento cilíndrico, se levantan pilares cruciformes con columnas adosadas que soportan arcos de medio punto de distintas alturas. Desde la construcción del cimborrio, la iglesia acusó graves fallos técnicos produciéndose un desplazamiento este-oeste de todos los elementos constructivos de la nave del Evangelio, por lo que hubo que modificar soportes y cubiertas. Este hecho explica las irregularidades del interior.

Bajorrelieve
Bajorrelieve

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Los capiteles se pueden dividir en dos grupos: El primero son los capiteles de los ábsides, con volutas geométricas y planas, ojos redondos y muy sobresaltados, con pupila perforada a trépano. el segundo grupo se sitúa en las naves, son de un artista diferente, son figuras más cortas, con volutas menos geométricas y más planas. El coro es obra de Francisco de la Maza, Francisco Alonso y Pedro Gajano en 1596.En la nave del Evangelio se abre una puerta que da acceso al claustro, en el que se ven tres crujías con capiteles románicos. Los más antiguos son los historiados, de finales del XII. Representan escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento u otra temática caballeresca. Otros son racimos entrelazados de uvas, frutas... Se acoge a los moldes de la arquitectura románica, con los capiteles por parejas de columnas de fuste liso o por dobles parejas sobre los que se monta la seriación de arcos de medio punto.En los muros de las naves del claustro, se han colocado los restos de la monumental portada, desaparecida y que estaba al oeste en el lugar en el que se encuentra la torre cuadrangular. Hay un gran Pantócrator inscrito en una mandorla, un relieve de la Virgen con el Niño y otro tercer relieve de Santa Juliana sujetando al demonio. Hay también cubiertas de sarcófagos, entre las que destaca la del Obispo Pelayo de Oviedo, del primer cuarto del siglo XII.A la izquierda se encuentra la Capilla del Santísimo, del siglo XVII, donde podemos contemplar un Cristo de madera policromada de los talleres de Francisco Rincón.

Su importancia a nivel nacional radica en que su escultura muestra una síntesis de la iconografía románica: temas de procedencia oriental, animales fantásticos, temas bíblicos, profanos, entrelazos geométricos árabes y normandos y simbología vegetal.

Capitel
Capitel

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No sabemos como era el edificio que precedió, sin duda, al que ahora contemplamos, porque éste se debió de levantar hacia las primeras décadas del siglo XII, en lo que es la propia iglesia, a la que se añadió un espléndido claustro ya en los finales del XII o principios del XIII. La planta del templo es espaciosa y larga, con tres naves (la central más ancha) y cinco tramos, comprendido el crucero. Este se alinea con los muros de la iglesia y se cubre con cúpula de media naranja sobre pechinas (muy reformada). El abovedamiento de las naves, es ya gótico inicial, posiblemente del XIII, con simples nervios que forman cuatro o seis plementos. Posee tres ábsides románicos que forman la cabecera, en donde, como en todo el alzado interno, destacan los capiteles, de variada iconografía, que habría que fechar antes de los mediados del XII. Destaca en su interior el deslumbrante retablo del ábside central, de trabajadísimo enmarque gótico, con tallas de evangelistas y apóstoles, y pinturas sobre tabla (seis) con escenas de la vida de Cristo y de Santa Juliana.En la sacristía se pueden ver valiosas piezas de orfebrería: cruz procesional-relicario de plata del siglo XVI; relicario-cabeza de Santa Juliana, de plata; bandejas, cálices, etc.

Claustro

El claustro de la Colegiata se añade al muro norte y en sus tres alas con capiteles románicos destacan aquellos iconográficos del ala sur, con escenas del bautismo de Cristo, Descendimiento, Sansón o David con el león, Juicio de las almas, Daniel entre los leones, etc. Las otras alas llevan capiteles vegetales o de "crochet". El grupo primero sería de finales del XII o principios del XIII. Los del segundo ya del XIII avanzado.

Unos relieves repartidos por la iglesia -cuatro apóstoles en el frontal del altar mayor, la Virgen y el Niño, Santa Juliana domeñando al león, gran Pantocrator- casi con seguridad debieron de pertenecer a una puerta monumental del Oeste, desaparecida. En ellos trabajaron los mismos artistas que lo hicieron en los capiteles del ala meridional del claustro.