PRIMER DIVULGADOR DE LA IDEA DEL APOSTOL SANTIAGO COMO EVANGELIZADOR Y PATRON DE ESPAÑA

Fue Beato el autor del himno litúrgico O Dei verbum, texto en el que se afirma por vez primera que Santiago el Mayor fue el evangelizador de Hispania. Se le puede acusar de la búsqueda de un patrón de campanillas en este Hijo del Trueno para el insignificante reino tramontano. Pero no hemos de olvidar que la entonces desproporcionada dimensión de la empresa iniciada por Beato tuvo plena confirmación no solo con el posterior descubrimiento de la tumba del Apóstol en Compostela durante el reinado de Alfonso II, sino con la posterior formación de un reino español que llegaría a culminar la expulsión de los invasores musulmanes y la empresa ingente de la evangelización del nuevo mundo.


En el himno señala, después de una larga invocación a Cristo, dice:

"Luego los grandes Hijos del Trueno,
habiéndolo obtenido por el ruego de su ínclita madre,
refulgen ambos con las muestras de su triunfo,
rigiendo sólo Juan a la derecha Asia
y dueño su hermano de Hispania.
Al costado benéfico de su claro maestro
dispuestos, uno a su diestra el ósculo de paz
ofreciendo, el otro a la izquierda su doctrina,
ambos, dos veces elegidos prendas del reino,
coronados se remontan a la gloria del cielo.
Llevado en gloria, repito, al cielo
este elegido que padece el martirio
de Cristo, el llamado Santiago Zebedeo,
cumpliendo debidamente con su rango apostólico
vencedor se adueña de los estigmas de su pasión.
Pues apoyado fieramente en la ayuda divina,
las dañinas iras de los amigos, y de los demonios
conteniendo, castiga la malicia de sus oponentes,
y al final al necio una palabra de vida
insigne le da y un corazón que arrepentido acaba por creer.
Sabiendo profundamente su deseo, el bienestar
corporal pero dudoso que le suplica el enfermo
se lo sustituye según en verdad quería por las gracias de la fe;
con una señal de paz para la salvación
y con la espada se recogen en la gloria.
Oh muy digno y muy santo apóstol,
dorada cabeza refulgente de Hispania,
sé nuestro protector y natural patrono
evitando la peste, sé nuestra salud celeste,
aléjanos siempre la enfermedad, las heridas, los males;
acompaña favorable y piadoso a la grey a ti confiada,
y bondadoso pastor a nuestro rey, al clero y al pueblo,
para que con tu auxilio disfrutemos de los goces celestes,
alcanzando los reinos revistamos la gloria,
y por ti rehuyamos el infierno eterno
".

Otra referencia suya es el traslado al Comentario al Apocalipsis de las noticias suministradas por San Isidoro en las Etimologías, que copia a su manera, y desde luego para nada se refiere a España.

De cualquier manera, hay que señalar que el De ortu et obitu Patrum, como el Comentario, guardan una estrecha relación con el Breviarium Apostolorum [Breviario de los Apóstoles], tradición apócrifa, conocida en Galicia, en su versión latina, cuya referencia a España es directa: " Santiago, que se interpreta como el suplantador, hijo de Zebedeo, hermano de Juan: él fue quien predicó en las Españas y en las regiones de Occidente y murió abatido por la espada bajo Herodes y fue sepultado en Acaya Marmórica el día octavo antes de las Kalendas de Agosto" (25 de julio)."

También una referencia vaga puede rastrearse en San Jerónimo:

"Viendo, pues, Jesús a los apóstoles reparando sus redes a orillas del mar de Nazaret, los llamó y los envió al gran mar para convertirlos de pescadores de peces en pescadores de hombres, de modo que predicaran el Evangelio desde Jerusalén hasta el Ilírico y las Españas."

El hallazgo de la tumba de Santiago supuso una conmoción social de extraordinaria importancia, hasta el punto de situar las peregrinaciones al sepulcro entre las grandes, al lado de la de San Pedro en Roma y el Santo Sepulcro en Jerusalén; las peregrinaciones jacobeas adquieren una fuerza mayor cuando se aleja el peligro de los ataques moros al Camino de Santiago.


La diáspora apostólica, recogida en su Comentario al Apocalipsis, en la que sigue:

A Pedro le correspondió Roma; a Andrés, Acaya; a Tomás, la India; a Santiago, España; a Juan, Asia; a Mateo, Macedonia; a Felipe, la Galia; a Bartolomé, Licaonia; a Simón Zelotes, Egipto; a Matías, Judea, a Santiago, hermano del Señor, Jerusalén.

Se ha omitido la asignación de Judas Tadeo. La fuente de Beato, sin que se piense que sea la única, es el tratado isidoriano De ortu et obitum Patrum [Nacimiento y Muerte de los Padres].

Paralelamente y probablemente extraidos del mismo origen, los versos 16-25 del himno "O dei verbum, patris ore proditum" recogen la tradición de las "sortes"

["Y a Pedro le correspondió Roma. Acaya a su hermano, la India a Tomás, a Leví [Mateo] Macedonia, a Santiago Jerusalén y Egipto a Zelotes; Bartolomé obtuvo Licaonia, Judas, Edesa; Matías, Judea y Felipe la Galia; luego resplandecen, magníficos, los hijos del trueno por los ruegos de su ínclita madre, ambos, felizmente, dechados de excelsa santidad, gobernó Juan solo con su diestra Asia, y su hermano obtuvo Hispania"].