La fotografía que acompaña a este artículo me ha sugerido un pensamiento ingenuo, que aún así no pienso reprimir, por que me gusta pensar, que en el interior de todos los seres humanos, por más errados moralmente que estemos, bulle una conciencia que pretende siempre corregirnos y llevarnos hacia el bien.

La cara, dicen, es el espejo del alma, y buscando, en términos anímicos, una interpretación al rostro que Irene Montero presenta en la foto creo descubrir una honda tristeza interior. ¿Seré iluso si pienso que es un reflejo del remordimiento de su conciencia por seguir los pasos de otros "personajes" políticos que la precedieron en legalizar, facilitar, e incluso fomentar, la matanza de inocentes en el viente de sus madres? No me importa ser iluso y pensar que una llama de conciencia todavía no se ha apagado en ella. Al cabo, es madre de hijos, y les mirará con un amor que excluye todo pensamiento autosuficiente y bárbaro cual sería: "Ahí estáis porque yo os lo he permitido... porque he renunciado a mi derecho a mataros."

En un país donde se producen muertes por millones de criaturas en el vientre de sus madres, -según el último dato que he conocido, de alrededor de una criatura cada cinco minutos-, me apenan mucho las mujeres que recurren al aborto y, de verdad que no las entiendo. ¿No saben que ha habido ya muertes en abortorios legales? En mi propio pueblo hay uno, con el rimbombante título de Clínica, en donde se produjo hace poco la muerte de una chica soltera de unos 30 años de edad, tras una operación de aborto. Pero nadie informa de las muertes de mujeres en estos centros legales. Es muy posible que a muchos poderosos les interese convencer a las mujeres de que esta actuación quirúrgica es un método de control de natalidad con igual riesgo para ellas que los métodos de contracepción.

Por otro lado, parece que el método de educación a la juventud, del "póntelo, pónselo" no ha dado ningún fruto. Bueno sí, el fruto de mayores beneficios para las empresas de fabricación de condones y por lo que se ve, sin perjuicio tampoco, de los beneficios de las clínicas abortistas. Nadie cuenta a esas mujeres que esa vida que crece en su seno, no es un tumor de su cuerpo, sino una verdadera vida humana. Es más, los políticos intentan convencerles de lo contrario. Y además, les hacen desconocer, les hacen olvidar o no les dicen que tendrán problemas morales y psicológicos de por vida si recurren a esta solución de muerte.

El negocio del aborto, está patrocinado por los ricos y poderosos de este mundo, que tienen bajo sueldo a políticos y dependientes de su dinero a los grandes y monopolísticos medios de comunicación, organismos públicos y privados. Hasta la misma OMS esta embarrada en este exterminio de seres humanos indefensos, como ha denunciado, el Doctor Calum Miller, médico del NHS e investigador asociado de la Universidad de Oxford, que descubrió «con qué frecuencia y de manera demostrable (las estadísticas que pretenden mostrar un gran número de mujeres mueren por abortos clandestinos) son ​​tergiversadas o incluso fabricadas» (Ver en este enlace y también en este otro,). Ni la OMS ni ninguna otra gran Organización mundial informará de las muertes de mujeres en abortos legales.

Para los cristianos creyentes, sólo me resta decirles que, desde un punto de vista religioso, caen en un gran pecado, que pone en grave peligro de condenación eterna a sus almas. Recuerdo con pena, como la jóven muerta en el abortorio de mi pueblo, no tuvo oportunidad de arrepentirse, al caer en coma repentinamente tras la cruenta operación.

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