Los protestantes, mirando los pecados de algunos miembros de su alta jerarquía, calificaron de Gran Ramera a la Iglesia, negando con ello que Cristo pudiera ser su fundador. Así pues, la obra de Cristo para ellos no tuvo resultados inmediatos, ya que "la verdadera Iglesia", o mejor, "verdaderas iglesias", porque surgieron varias, no lo hicieron hasta dieciséis siglos después de Él. 

Tal pensamiento protestante supone dar más poder de transformación de la Historia, para implantar en ella el verdadero cristianismo, a Lutero y a Calvino (entre otros) que al propio Cristo. Los iniciadores protestantes destaparon el verdadero cristianismo que durante dieciséis siglos estuvo oculto. Cristo parece que no resucitó al tercer día, o si lo hizo, fue para dar sus últimas instrucciones a unos discípulos que no las cumplieron. Es como si dieciséis siglos después los protestantes le sacaran de la tumba y verdaderamente le resucitasen. Él resucitó pero no consiguió que su Resurrección tuviera una eficacia inmediata histórica, fueron los protestantes los que dieron esta eficacia histórica a su resurrección pasados muchos siglos.

¿Cuántos protestantes no se dan cuenta de este razonar estúpido, que otorga más Gracia a sus fundadores que al propio Cristo? ¿Cuándo se vio que tuviesen más fuerza los hombres que Dios?

Desde el protestantismo se dice que la corrupción de la Iglesia se inició con Constantino, cuando la Iglesia se alió con el poder político. Y lo dicen los protestantes, quienes nacieron al calor de los príncipes y poderosos señores de los territorios alemanes, que utilizaron la mal llamada reforma protestante, para llevar a cabo sus deseos de independencia política del Sacro Imperio? ¿Qué hubiera sido de Lutero sin el apoyo del Elector de Sajonia? A Lutero para quedar amparado por los nobles alemanes, no le importó que estos masacraran a los campesinos cuando se levantaron contra ellos reclamándoles justicia.

Tampoco es serio, que funden la corrupción de la Iglesia en Constantino, cuando los protestantes no recogen nada del cristianismo primitivo y pre-constantiniano, que consideran que vivía tradiciones despreciables, como la de venerar y honrar a los santos, y otras enseñanzas que la tradición oral apostólica mantuvo antes de que se escribieran los evangelios y otras que los testigos directos de Jesús o de sus apóstoles difundieron después. Que me digan qué padres de la primitiva Iglesia consideran aceptables. Probablemente, ninguno. Es más los desconocen. No saben nada de Clemente, de Lino, de Ireneo, de Ignacio y de Justino Mártir. Seguramente ellos se creen más cristianos que aquellos que perseveraron en su fe en medio de las persecuciones y los martirios.

En resumen, a mi parecer, el comienzo de la disminución de la importancia de la figura de Cristo en el mundo, se inició en la Edad Moderna, con el nacimiento y difusión de las ideas protestantes, que defendían que ellos eran los impulsores del verdadero Cristianismo que Jesús llevaba sin poder imponer durante tantos siglos. Fue el tiempo en que la arrogancia humana quiso elevarse sobre su Dios.

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