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La Virgen del Mar
Patrona de Santander
Imagen
Nuestra Señora del Mar, Patrona de la ciudad de Santander, es venerada con suma devoción y fe en Cantabria y, en particular, por todos los pueblos y villas del litoral; muchos de los cuales le tienen hecho voto desde hace siglos.
Se trata de una imagen sedente de 47 cm. tallada en madera de roble, (peana y bello pedestal barroco, obra de Manuel Cacicedo, añaden otros 38 cm).
El Niño está sentado en su rodillas, dando frente igual que la Madre. Data quizás del siglo XIV, de época inicial del gótico, pero con reminiscencias románicas. Talla simple e íntima; la leve sonrisa que presenta su faz propiamente aldeana, con una mirada que a pesar de su estatismo permanece penetrante y hermosa, le confiriere una encantadora inocencia.
Se trata de una copia de la imagen de la Virgen, llevada a cabo por D. Manuel Cacicedo Canales, por encargo del párroco de San Román, a los efectos de prevenir el deterioro de la imagen primigenia, para uso exclusivamente procesional. Se guarda en la sacristía, mientras que la original ocupa permanentemente el camarín del Santuario. Popularmente a la imagen nueva, que es la que se mueve en las procesiones se la llama “La Peregrina”.
Leyenda
Gráficamente la leyenda figuraba en un cuadro antiguo que se conservaba en la ermita, según nos dejó escrito D. Fco. Javier Bustamante en un manuscrito de 1787 y en el que testimonia la existencia una inscripción junto a dicho cuadro, en la que resumidamente se contaba como en el año 1590, unos piratas holandeses robaron la imagen de su Santuario. En su navegación les sobrevino repentinamente una fuerte tempestad, lo que les hizo que era castigo de su sacrílego robo; por lo que optaron por arrojar la imagen al mar frente a las costas de Castro Urdiales. Los vecinos de dicha villa la vieron flotando sobre las aguas, no lejos de una fragata, y balizada por dos antorchas encendidas.
A la vista del portento se aprestaron a recogerla y acercarla a la ciudad. Los castreños, con sus autoridades religiosas y civiles la llevaron procesionalmente a Laredo; después, también los laredanos, con igual solemnidad la llevarían a Santander, y los ciudadanos de esta “con mayor obsequio y lucido acompañamiento, la colocaron en su santa casa, admirando éste y otros continuos prodigios y milagros que su Santísima Imagen ha obrado y obra”.
2
Por deterioro del cuadro, quizás del s. XIV, se hicieron otras reproducciones. En la última se puede ver un bajel devorado por el temporal, y próxima a él, aparece la Virgen del Mar, como si, milagrosamente, caminase sobre las aguas. Lo que se lee en la base del cuadro lo transcribo a continuación:
Reinando en Castilla el S.D. Felipe II y siendo Arzobispo de Bvrgos el Ilmo. D. Cristobal Bela el año de 1590 la tripulación de una fragata holandesa secta pirata de esta costa robó la milagrosa imagen de Ntra. Sra. del Mar que la devoción cristiana venera en el altar mayor de este Santvario habiendo repentinamente sobrevenido vna recia tempestad y tormenta y creyendo los piratas ser castigo merecido por su sacrilego robo la arrojaron al mar y a la vista de la villa de Castro reconocieron los vecinos flvctuaba sobre las agvas no lejos de dicha fragata la Sma. Virgen sirviendo de Bolisa dos hachas encendidas que a sus lados la alumbraban. A vista del portento salieron en un barco recogiéndola con la veneración posible la llevaron a la villa cvyos dos cabildos eclesiástico y secvlar la trajeron en solemne procesión hasta la de Laredo. Los de ella con igval solemnidad llegaron con ella a Santander y los de ella (Santander) con el mayor obseqvio, lvcido acompañamiento la colocaron en esta sv santa casa admirando este y otros continvos prodigios y milagros qve sv Sma. imagen ha obrado y obra la piedad de esta Soberana Señora.
Copiose de vna antigva pintura maltratada a esta con toda similitvd a la acción de D. Juan Antonio de Mazo Herrera, Doña Josefa Antonia Ulivarri y Arteche sus devotos vecinos de la civdad de Santander año de 1766 - Desaparecida esta segunda copia en 1936 se reproduce de nuevo con la mayor similitud devoción de varios donantes en el año de 1946.