El obispo Eguino y Trecu después de la guerra civil nombró como Consiliarios (representantes de la jerarquía encargados de las normas morales, formativas, apostólicas y asistencia pastoral de los militantes) a los siguientes sacerdotes: Francisco Pajares (consiliario de la Unión Diocesana), Lorenzo Berreciartúa (de los Padres de Familia), Valentín Torres (de las Mujeres); J. M. Aldasoro (de los jóvenes) y Agustín de la Fuente (de las jovencitas). Junto a estos muchos otros sacerdotes reorganizaban centros parroquiales o los creaban donde no existían. Los arciprestazgos que contaron con más centros de esta institución fueron los de Santander, Camargo, Muslera, Siete Villas, Cudeyo, Santillana, Comillas, Cinco Villas, Renedo y Ribamontán.

El más destacado dirigente de la época fue J. Mª Jado Canales. Otros: Mª Teresa Pardo de Barreda, Wenceslao de las Cuevas, Fco. P. de Castelló, Regino Mateo, Eduardo Obregón, Carmen Corral, Manuel Pérez del Molino, Jesús Ortíz,...

Dos etapas, dos modos de entender el apostolado seglar:

  1. 1937-46 Empeño en salvar los derechos de la Iglesia de los filonazis del nacionalsocialismo. Afirmación de pertenencia a una Cristiandad victoriosa.
  2. Del 1946 en adelante Se inicia la creación de movimientos especializados.