Ya se vio que los monasterios gracias a donaciones y herencias se fueron convirtiendo poco a poco en grandes señoríos territoriales. Incluso algunos de ellos absorbieron a otros cenobios e iglesias en un proceso de concentración de la propiedad señorial de tipo monástico, los llamados señoríos de abadengo, una variedad dentro del régimen feudal en la que la Iglesia hacía el papel de señor feudal. Así, a comienzos del siglo XI prácticamente toda Cantabria estada controlada por un reducido grupo de poderosos cenobios.

Así, en Liébana, de los casi 20 monasterios originarios de la época de la Repoblación, con el paso del tiempo quedaron sólo dos dominios monásticos principales: El de San Martín de Turieno (actual Santo Toribio), extendía sus posesiones por Liébana, Asturias, y Norte de León y Palencia. El de Santa María de Piasca, monasterio dúplice (de hombres y mujeres), tenía posesiones en Liébana y en el Norte de Palencia.

En la zona conocida como las Asturias de Santillana, el dominio más importante fue el del monasterio de Santa Juliana, que dio nombre a la villa de Santillana (originariamente Planes). Sus posesiones también se extendieron por Campoo. El monasterio de los santos Emeterio y Celedonio, en Santander, extendía sus dominios por las Asturias de Santillana y Trasmiera, y al igual que el anterior conservó su autonomía como abadía hasta el final de la Edad Media. Otro monasterio importante en esta zona central fue el de Santa Cruz de Castañeda que tuvo dominios en torno a la Bahía de Santander y en la cuenca del Pisueña.

En Trasmiera sobresalió el monasterio de Santa María de Puerto, origen de la actual Santoña, cuyos dominios se extendían por toda Trasmiera y oriente de Cantabria. Finalmente la comarca interior de Campoo giró en torno al dominio de tres importantes monasterios: San Pedro de Cervatos, cuyas propiedades se extendían también por la cuenca del Besaya y las actuales provincias de Palencia y Burgos; San Martín de Elines, que tuvo posesiones por todo Valderredible; y Santa María de Aguilar de Campoo, éste ubicado ya en la provincia de Palencia.

Más tarde, como se verá con más detalle, gran parte de éstos señoríos abaciales se hicieron sufragáneos o dependientes de otros monasterios del interior de Castilla (Oña, León, Palencia).