No les recibimos, porque presentimos que destruirán nuestro modo de vivir. Ellos nos obligarán a hacer economías en nuestras vidas. Ellos llaman a nuestras puertas y les destruimos cuando avanzan hacia las costas de nuestra vida. Sus cadáveres quedan muertos e inermes antes de que sus ojos puedan abrirse a los bienestares de nuestras modernas sociedades.
¡Es que, reconozcámoslo, hay demasiada gente en nuestro mundo que les considera un grave peligro para nuestro plácido sistema de bienestar social e individual!
Pero estos que quieren venir a refugiarse a nuestro mundo, estos refugiados cuya cruel muerte vemos con indiferencia, han encontrado inesperadamente un la defensa del presidente de un poderoso país.
Inconcebiblemente ese defensor es calificado por los medios de información y / o des-información como un anti-refugiado.
Con lo dicho, dudo que alguno de vosotros haya adivinado ya que hablo de Donald Trump, porque la prensa tan pronta en criticar todas sus malas decisiones, no ha informado nada de una buena que ha tenido que defiende a estos refugiados de los que hablo. Unos refugiados que no vienen de lejos sino de mucho más cerca y de los que la prensa en general no dice nada, a pesar de que su dependencia, indefensión y fragilidad supone que muchos cientos de miles de ellos caigan muertos antes de traspasar las fronteras de nuestro mundo. Los medios de comunicación sacarán en primera plana, la foto de un niñito procedente de Siria, ahogado en una playa del Mediterráneo. Pero no sacarán, porque no les conviene, la fotos de otros cuerpecitos masacrados que mueren cada día en las salas de nuestros hospitales y abortorios. Sí, ya sin tapujos, hablo de la muerte de seres humanos que viven como refugiados en nuestro mundo en el seno de sus madres, y que si pudieran saberlo, estarían temerosos porque su vida está pendiente de un hilo. Sin necesidad de autoridades de inmigración que les expulsen del país, siempre hay médicos criminales que sin proceso alguno de expulsión les expulsa de la vida.
Esos refugiados ignorados van a tener más fácil entrar en nuestras vidas, porque Trump ha negado fondos a una multinacional del crimen que fomentaba su muerte por los procedimientos más crueles, la criminalmente famosa Planned Parenthood. Quizá ello haga que muchos niños se libren del aborto porque muchas mujeres en situaciones de agobio y falta de defensa, sin las presiones de esa multinacional del crimen, se decidan a recibir en sus vidas a estos refugiados débiles y necesitados que llaman a sus puertas. ¡Ojalá todo ello valga para que entren a refugiarse a nuestro mundo, muchos más nuevos estadounidenses, pero también muchos más nuevos mejicanos, y muchos más niños de todos los países y razas. !Ojalá cada día seamos más los que comprendamos que tampoco a estos refugiados debemos ponerles muros ni fronteras injustos para impedirles que franqueen nuestro mundo!
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